viernes, 30 de diciembre de 2011

HAY QUE HACER MENOS RUIDO


Entre cohetes y cañitas voladoras


Hay que tratar de hacer el menos ruido posible aunque tengamos la necesidad de expresar nuestra alegría
Pero los perros se vuelven locos, los sonidos de la pirotecnia al igual que los truenos provocan en ellos distintas reacciones según el animal, por lo general, terror y buscan refugio en lugares oscuros como puede ser bajo una cama o un espacio reducido bajo un mueble, otros ladran desesperados al menor estruendo o tiemblan temerosamente.


 Ahora, si bien:
 los perros  son más sensibles a los ruidos que los humanos, la causa del temor de los mismos es el desconocimiento de lo que pasa, trate de 
ponerse en lugar de un perro, cerca del suelo y escucha una explosión sumado a esto
destellantes luces de colores de los fuegos artificiales en el cielo -que usted sabe que
las produjo o lo imagina-, un perro no  sabe lo que ocurre -se siente como Macri en el
medio de una manifestación de cartoneros en Fiorito-, amenazado por el ruido que
 no entiende  de que se trata, el perro se asusta ante lo desconocido no solo lo
sorprende como a los humanos que tenemos capacidad de análisis

Una probable solución sería entrenar al animal, acostumbrarlo a los cohetes y a los
 truenos brindándole contención por medio de caricias y estando junto a ellos mientras
 duren las explosiones -en repetidas oportunidades- para que entiendan que no correrán
 peligro, -en el caso de Macri no se si alguien estaría dispuesto hacer semejante sacrificio-

Traten de no sedar a los perros si no es por recomendación de su veterinario, hay casos
que si son necesarios sedarlos, pues tienen patologías cardíacas o neurológicas, que el estrés
sufrido por los perros durante las explosiones en  repetidas oportunidades hacen
agravar el cuadro y hasta provocar la muerte. Por eso trate de no hacer demasiado ruido y
pasarla en paz junto a sus familiares y amigos abrazando a su perro 
¡FELICIDADES!...        

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